La lucha por el segundo puesto sigue siendo un acicate para el Santa Marta y la prueba es que no se dejó nada en su partido frente al Carbajosa al que superó 2-6 en un encuentro más igualado en el primer tiempo que se desequilibró claramante en la segunda mitad con gran efectividad en el área.
Triunfo rotundo en el Justo Sánchez Paraíso en un partido en el que el Santa Marta se reencontró, en la segunda mitad del partido, con una gran efectividad en el área. Ya en el primer tiempo tuvo oportunidades para marcar más goles aunque el partido estuvo más parejo en esos primeros 45 minutos.
Se adelantó pronto el equipo de Arturo, concretamente en el minuto cinco de partido gracias a un gran remate de Martiña de cabeza. Un tanto que favoreció su dominio del juego mientras el Carbajosa intentaba sorprender con salidas en velocidad de sus puntas. Sin embargo el empate llegó en el minuto 20 en una acción que comenzó a balón parado y finalizó con un fuerte chut desde la frontal de Diego.
Que se llegara al descanso con ese 1-1 fue casi un milagro por varias ocasiones que acumuló el Santa Marta sobre todo en un acción rondando la media hora de partido cuando se produjeron hasta cuatro disparos casi a bocajarro de manera consecutiva sin que ninguno fructificara en gol.
Pero el partido ya sí se desequilibró en el segundo tiempo. La entrada de Borrego le dio al equipo un punto más incisivo y el punta en el minuto 53 no perdonó cuando se quedó mano a mano con el portero. Poco después el Carbajosa se quedaba con diez jugadores y el Santa Marta supo aprovecharlo.
En el 62 llegó el tercero, también obra de Borrego tras aprovechar un gran centro desde la banda y poco después llegaba el 1-4 tras un tanto en propia meta. En una falta desde la frontal recortó distancias el Carbajosa pero no había espacio para la duda porque cada llegada visitante era una ocasión de gol y Ramajo hizo el quinto tras una gran acción colectiva, con robo de Lolo, apertura a la banda, centro de Borrego y remate de Ramajo.
La puntilla la puso Cascón justo antes del pitido final. Un festín de goles a domicilio para seguir diciendo aquí estamos.
