Derrota en el estadio Helmántico por 2-0 frente al Salmantino en un partido en el que hasta el primer gol el Santa Marta perfectamente controlado al rival e incluso tuvo oportunidad para adelantarse. Al final el primer clasificado tiró de todo su potencial y se impuso en los últimos minutos.
Estaba claro que como local y como primer clasificado y por sus características, el Salmantino iba a intentar tener el control del balón e iba a intentar marcar un gol rápido como suele hacer en sus partidos en el Helmántico. Sin embargo se topó con un Santa Marta con las ideas muy claras, bien protegido y dispuesto a buscar su ocasión.
De hecho las primeras llegadas de peligro fueron para el equipo de Arturo que en el primer minuto ya había probado con un disparo a puerta de Manu González. Pasaban los minutos y aunque los locales tenían más el balón sus ataques morían en la frontal o, como mucho en disparos lejanos. De esos el más peligroso lo realizó Dela y lo rechazó bien Manu. Prácticamente fue el único que marchó entre los tres palos.
Mucho más cerca estuvo el tanto en el área contraria, donde Borrego generaba muchísimos problemas a la zaga y donde pudo abrir el marcador si su disparo, dentro del área no le hubiera salido algo mordido y flojo para acabar en las manos del portero.
El Salmantino aumentó su más posesión del balón tras el descanso porque ya costaba más recuperarlo después del gran esfuerzo realizado en la primera mitad. Eso sí no había demasiados espacios en su campo así que de correr peligro parecía que llegaría en alguna acción aislada y así fue.
En el minuto 68, la defensa despejó un balón que le cayó a los pies a Miguel Ángel cerca de la frontal. Chutó y esta vez con acierto y mandando el balón al fondo de las mallas. Con esa ventaja ya el líder, que había realizado cambios buscando más profundidad, jugó más tranquilo y aunque el equipo se estiró en busca del empate, los espacios generados y un contra sacada desde su propio campo, sirvieron para cerrar el partido. Palomi finalizó una contra local y ahí acabó todo.